... El magnetofón estuvo registrando el sonido ambiente del lugar durante treinta minutos. Cuando hubo transcurrido este tiempo, entramos a la oscura habitación y comenzamos a reproducir lo grabado. Yo, con un pequeño papel, iba apuntando los sonidos de fondo; El tren, un perro que ladraba, un crujir de la madera... y de repente una voz extraña. Ambos sorprendidos, ( yo asustado ), rebobinamos la cinta y lo escuchamos de nuevo. Era una voz como de ultratumba, una voz que parecía de algo raro....

LAS VOCES DEL UNIVERSO

Pedro Amorós

        Hola soy Pedro Amorós, investigador en Transcomunicación Instrumental y Presidente del S.E.I.P. (Sociedad Española de Investigaciones Parapsicológicas).
        A lo largo de este artículo, voy a intentar introducir a todos los que lo deseen, en el mágico y misterioso mundo de las Psicofonías . Tanto el profano como el experto, tiene derecho a introducirse en él, por ello lo he preparado para una fácil comprensión. No obstante, estoy abierto a cualquier duda o sugerencia que se pueda plantear.
Cuando yo era pequeño, mi padre me contó que si se ponía un magnetofón a grabar, por la noche, en una habitación silenciosa, se podían registrar sonidos extraños y voces del más allá. Mi padre no era ningún estudioso del tema, pero en los múltiples libros de su gran biblioteca había algunos títulos que trataban de fenómenos extraños que se producían en el silencio de la noche.
Así pués, armados de gran valor, y yo dada mi corta edad con una mezcla de curiosidad y algo de miedo, nos dipusimos a realizar lo que sería mi primer intento de grabación psicofónica.

        El magnetofón estuvo registrando el sonido ambiente del lugar durante treinta minutos. Cuando hubo transcurrido este tiempo, entramos a la oscura habitación y comenzamos a reproducir lo grabado. Yo, con un pequeño papel, iba apuntando los sonidos de fondo; El tren, un perro que ladraba, un crujir de la madera... y de repente una voz extraña. Ambos sorprendidos, ( yo asustado ), rebobinamos la cinta y lo escuchamos de nuevo. Era una voz como de ultratumba, una voz que parecía de algo raro.
Al día siguiente, yo estaba intrigado y mi padre mucho más , ya que le costaba aceptar que lo que habíamos grabado tuviese su origen en el más allá. Asi que esa misma noche, más o menos a la misma hora, nos asomamos a una amplia terraza que daba a la habitación donde habíamos estado grabando. Y en el sonido de la noche volvió a resonar esa extraña voz. Mi padre, centrándose en el lugar de procedencia, se percató que su origen no estaba ni mucho menos en el más allá, sino en la casa de un vecino que se dedicaba a criar pájaros, y curiosamente uno de los que tenía, emitía cada cierto tiempo un graznido similar al de una voz humana.
        Años más tarde, hace ya catorce, comencé a interesarme más profundamente en la posibilidad de que estás psicofonías tuvieran un fondo real. Había escuchado en algunos programas radiofónicos o de televisión que no era tan difícil obtener algún registro de este tipo . Al poco tiempo, cayó en mis manos una revista de MUNDO DESCONOCIDO, donde Friedrich Jürgenson hablaba de extraños comunicados desde el más allá. El , utilizaba simples magnetófonos o incluso pequeños receptores de radio, para conseguir las voces , que en ocasiones le hablaban y le llamaban por su nombre, llegando a mantener algunos escuetos diálogos con ellas.
        La verdad es que al leer el artículo de Jürgenson, me invadió la curiosidad de si yo podría obtener alguna psicofonía. Con más voluntad que profesionalidad, cogí el mismo magnetofón que había utilizado con mi padre años atras y me desplacé acompañado de Bea, mi paciente novia, y hoy mi paciente esposa, a casa de mi abuela a intentar obtener alguna psicofonía. Tras numerosos intentos de tomar contacto con el más allá, no obtuvimos más que ruidos propios de una ciudad embuída en el tráfico.
El magnetofón que utilicé, eran un buen aparato que todavía hoy utilizo, pero no era para desplazarlo ya que era demasiado pesado e incómodo. Asi que fuí a una tienda especializada en electrónica y pedí un grabador portátil y un micrófono. Acondicioné un pequeño maletín que tenía y le hice algunas secciones; una para el grabador, otra para el micrófono, otra para las cintas y otra para las baterías. trás esto, confeccioné un libro de diario para llevar un análisis exahustivo de los experimentos. Ya estaba preparado para comenzar a investigar.
        Entonces, empecé a poner en práctica las grabaciones. Un día, otro día, otro día y nada. Así, durante semanas. Bea, se encargaba de realizar todas las anotaciones y de llevar al día las estadísticas y yo del resto. Pero las anotaciones eran escasas, y los sonidos casi imperceptibles. Aprovechando los periodos de tiempo libre, pasábamos horas intentando recoger algún clara psicofonía. Pero nada, de nada. Un día, harto de tanto fracaso, se me ocurrió ir a una montaña solitaria que había cerca de Alicante. Y cuando ya estaba a punto de considerar que todo esto eran habladurías, al rebobinar la grabación que había efectuado, pude escuchar un extraño y ensordecedor ruído que nada ni nadie había podido causar.
Por fin, por fin algo raro se había grabado. Repetimos la grabación y nada, pero al volver a hacer otro intento, escuchamos otra vez ese extraño sonido.
        Tras numerosas grabaciones, a partir de ese día, comenzamos a recopilar toda una serie de datos y de débiles vocecillas que nos hablaban apenas impercetíblemente. Necesitaba algo, algo para potenciar las grabaciones. Así que un día me dispuse a construir una pequeña antena con forma circular, que iba a servir de micrófono. El resultado, fue sorprendente, hacían aparición multitud de vocecillas. Pero el problema es que también eran muy débiles.
        Al tiempo, llegó a mis oidos que había un libro editado en español que hablaba a cerca de las psicofonías, su autor Sinesio Darnell. De inmediato fui a una conocida librería de Alicante y pedí un ejemplar. Su título era VOCES SIN ROSTRO. Tanto Bea como yo, leímos atentamente todas las experiencias que Sinesio Darnell narraba.

        Esto es lo que estaba esperando, alguién que me pudiera orientar a cerca de como proceder. Sin pensarlo dos veces, cogimos el tren y fuimos a visitar a Sinesio Darnell en Barcelona.
        Hablamos largo y tendido a cerca del tema y de sus métodos. Cuando yo le comenté lo mios, también quedó sorprendido por las estadísticas y el control tan riguroso que llevaba a cerca de las grabaciones. Estuvimos escuchando algunas psicofonías y valorando ciertos temas de actuación y procedencia. Desde entonces y hasta la actualidad, estamos desarroyando nuevos proyectos y trabajos en común.
        En la actualidad, poseo un archivo de miles de claras inclusones psicofónicas y centenares de casos investigados en relación a la supuesta vida después de la muerte y contactos con los difuntos. Además, en numerosas conferencias he planteado una teoría propia a cerca de la conservación del espíritu energético y de como éste es capaz interactuar mediante varios sistemas de Transcomunicación y transformar la energía sonora en lo que conocemos con el nombre de psicofonías.

        Investigando en mi laboratorio y realizando multitud de experiencias, estoy llevando a cabo un proyecto mediante el cual se puedan llegar a obtener diálogos directos con el más allá. Pero por el momento, sólamente barajamos algunas hipótesis sin atrevernos a aseverar lo que parece que es evidente.

 Quisiera ofrecerles algunas de mis hipótesis ante tan singular y no por ello complejo sistema de captación de estas misteriosas voces llamadas psicofónicas o E.V.P. Espero que las páginas que siguen a continuación sea de su utilidad y desde luego me comprometo a incrementar el contenido.