UN CASO DE MISTERIO Por: Luis Alberto Gastelum González ( Investigador Sede SEIP Guadalajara.) Salí por la mañana a caminar y a buscar una historia que contar; apenas ayer había regresado de un viaje, razón por la cual me sentía un poco cansado. Pasaba por el barrio de "Santa Teresa" en la ciudad de Guadalajara Jalisco, México; una amigo que vive por este rumbo, así que pase a saludarlo y a descansar un momento eran aproximadamente las 11:00 AM, llame un par de veces a la puerta hasta que por fin me recibió Diana hermana menor de Ernesto. Nos sentamos en la sala me ofrecieron un refresco el cual acepte gustosamente, charlamos un buen rato recordando viejos momentos y de pronto salió a colación un comentario sobre la ya muy conocida "Casa de los Perros", hablamos sobre las apariciones y otros misterios que rodean a esa enigmática casa; Poco a poco comenzaban a surgir mas historias de fantasmas, pero hubo una que llamo poderosamente mi atención, Martha la otra hermana de mi amigo Ernesto comenzó a relatar lo siguiente: .-- Un día hace mas o menos dos años caminaba por esta calle, ella señalaba la calle de "Joaquín Angulo" .-- Eran tal vez las nueve o nueve y media de la noche, prosiguió Martha, yo venia con un paso tranquilo, todo aquello lo decía con un poco de nerviosismo y moviendo mucho las manos pero ella continuo con su relato,.--De pronto sentí alguien detrás de mí que me venia siguiendo, voltee, apresuradamente pero no vi nada, esa misma sensación me siguió hasta llegar a la puerta de mi casa, ya para ese momento me sentía desesperada; entre a la casa y para colmo de males no había nadie, todas las luces apagadas y yo con un miedo terrible, entra a la sala y me senté a rezar, no soy muy religiosa me comento, pero cuando uno tiene miedo uno hace hasta lo que nunca haría para calmarse; en aquel momento estuve a punto de llorar de desesperación pero me contuve cuando escuche unos murmullos en la calle, pense que eran mis papas, entonces me acerque a la puerta la abrí y mire a ambos lados para ver quien era pero solo alcance a ver unas siluetas a lo lejos, tal vez hibán caminando entre a la casa y ya más calmada me senté en el sofá y me puse a razonar que es lo que me estaba sucediendo, estaba repasando los hechos cuando escuche otra vez unos murmullos, pero ahora espere a ver si habrían la puerta ya que si se habría eran mis padres pero pasaron poco mas de dos minutos y no habrían entonces me moleste y abrí y para mi sorpresa me encontré que eran un par de ancianos que me pedían que los dejara en mi casa solo esa noche, me sorprendió aquello, pero me negué rotundamente y sin darles explicaciones les cerré la puerta en las narices, me empece a poner nerviosa de nuevo, y escuche de nuevo al par de viejos esta vez mas enojada que nerviosa les dije que se fueran al diablo, que aquí no era posada que buscaran otro lugar. En ese momento me di cuenta que estaba apunto de llorar; .-- Sonó el teléfono continuo Martha, eran mis padres me dijo que llamaban para avisarme que no llegarían hasta el día siguiente ya que estaban con mis abuelos quienes estaban muy enfermos, les dije que no había problema pero me iba a quedar yo sola un buen rato ya que Diana y Ernesto estaban en la casa de una amiga de ella, pero bueno, es dije que cuidaran mucho a mis abuelos y que les dieran un abrazo de mi parte colgué el teléfono y los viejos seguían ahí ya no hablaban pero se notaban sus siluetas en la ventana sentí lastima por aquellos dos y decidí dejarlos entrar puesto que mire que tiritaban de frío, se sentaron en la sala y les ofrecí un café en cual aceptaron inmediatamente, platicamos un rato me dijeron que venían de Arandas Jalisco, que venían con un hijo que vivía por estos rumbos pero por ser de noche se habían perdido y no habían dado con el lugar aquellos ancianos no parecían ser pobres solo que andaban un poco descuidados, con la ropa arrugada y un poco despeinados, la mirada de aquel señor me recordaba a alguien solo que en esos momentos no recordaba a quien. Un par de lagrimas rodaron por las mejillas de Martha que se las enjugo rápidamente y continuo relatando: .-- Pasaron algunas horas en compañía de aquellos ancianos, era las 11: 15 PM y los viejos como si no sintieran cansancio, les hice notar que me quería dormir ellos me suplicaron que los dejaran dormir por lo menos en el suelo, por la forma en que lo dijeron no me pude negar, además, se me hizo una buena idea puesto que así no estaría sola y tal vez no me sucedería lo de hacía un momento, les lleve una colchoneta, un par de cobertores y dos almohadas yo misma se las tendí, el señor al irse agachando tiro la taza con el poco café que le quedaba la taza rodó, mancho el sofá para luego caer al suelo y romperse, por lo que inmediatamente el señor trato de disculparse, pues estaba muy apenado, yo le dije que no había problema por ello, se acostaron les Pregunte si podía apagar la luz, contestando afirmativamente apague la luz, me fui a mi cuarto me puse mi pijama y me dispuse a dormir, todavía recordaba la sensación de miedo que tenia al dirigirme a mi casa, sacudí la cabeza tratando de olvidarlo, pero con la compañía de los viejos me sentía más segura, solo quería dormir, pero por alguna razón no podía hacerlo a pesar de que estaba muy cansada, escuche unos ruidos donde se encontraban los ancianos, fui adonde ellos y efectivamente era la señora que buscaba el baño, me dijo "Hija donde esta el baño", le indique el lugar y me contesto "Gracias hija", se fue alejando poco a poco pero note algo raro en su forma de caminar, no caminaba era como si flotara O se deslizara pero pense que por la oscuridad y por lo cansada que estaba mis ojos me estaban jugando una broma, en fin me regrese a la cama e intente dormir, de pronto recordé la forma en como me hablaba mi abuela siempre diciéndome "Hija", igual como me lo había dicho la anciana hace un momento no se como pero logre dormir, desperté y mire mi reloj, eran las 6:49 AM, pues estaba acostumbrada a levantarme temprano, hace que me levante a la sala y sabes ya no estaban, la colchoneta y el cobertor estaban muy bien dobladas en un rincón de la sala, por un momento pense que estaban en la cocina fui a buscarlos pero tampoco estaban entonces empece a sentir rabia y a maldecir todo mas que nada o a los Viejos en ese momento, me parecían unos ladrones malagradecidos en ese momento entraron a la casa Diana y Ernesto que llegaban de la casa de su amiga me preguntaron que me sucedía. .--Se veía frenética interrumpió Ernesto, que al igual que yo escuchaba atentamente el relato de Martha que continuo diciendo. .-- Diana me dijo sobre un detalle que yo había pasado por alto me pregunto de quien eran esas tazas de café. Interrumpí preguntando si las tazas estaban llenas .- Si, me contesto y hasta estaban humeando como si las acabara de servir. .- Pero no mencionaste que habías preparado más café volví a interrumpir. .- No, yo no había preparado nada me contesto. .- ¡Entonces fueron lo viejos¡, exclame, .- Eso mismo pense yo dijo Martha pero al mirar las tazas me sorprendí pues eran las mismas que yo había utilizado la noche anterior. .-- Pero pudiera lavarlas los viejos dije yo. .--Por supuesto pero el jabón no estaba afuera, y no se veían rastros de agua en el fregador, todos esos detalles parecen insignificantes, pero hay algo muy extraño. .-- ¿Te refieres a la mancha?, pregunte. .-- Si a eso y como fue que dejaron la taza que se había roto la noche anterior intacta, además es muy raro que en un día se quite un mancha de café en un sofá, ya que son muy difíciles de lavar; bueno, cundo me di cuenta de todo eso, me puse histérica y casi me da un shock pero afortunadamente llegaron mis padres y me ayudaron a calmarme, lo cual no duro mucho puesto que me dieron una noticia, que me puso todavía peor me dijeron que mis abuelos habían fallecido, como podrás imaginarte me solté en un mar de lagrimas y así estuve varios días. .-Oye, pregunte ¿pero no te acordaste de los ancianos?, .-- si pero eso sucedió unos días después, ya que me puse a pensar que tal vez ellos dos eran mis abuelos, puesto que todavía en le entierro volví a mirar unas siluetas muy parecidas a ellos pero ya muy a lo lejos, note que se movían tal vez me decían adiós, además la mirada de el señor era igual a la de mi abuelo, la anciana me hablaba igual como mi abuela. .- ¿Qué crees que haya sido eso le pregunte?. .-- No sé, respondió, tal vez se querían despedir de mí, lo que sí es seguro es que no quiero que nadie se vuelva a despedir de esa manera de mi. Mire mi reloj y vi que ya eran las cuatro de la tarde y yo tenia que regresar a mi casa, me despedí de Ernesto de un apretón de manos, y de Martha y Diana dándoles un abrazo. Salí consternado de ahí, ¿Qué es lo que le sucedió a Martha, pesadilla, alucinación, tal vez esas dos cosas juntas o tal vez nada, lo que si es seguro es que ya encontré una historia mas que contar... |