" La Soledad Compartida" Bajo el Mágico cielo del país de los faraones, muchas veces se siente la más absoluta de las soledades. Quizás por el hecho de estar inmerso dentro de una de las tierras más mágicas del planeta, o quizás por contemplar los millones de soles que brillan en otros puntos del cosmos y saber, ser conocedor de que el nuestro es simplemente uno más en ese inmenso universo. Egipto, merece y llama a la puerta de cualquiera que se plantee la existencia de "algo" un poco más allá de nuestra propia inteligencia, que dicho sea de paso, no es de las mejores ni la única que existe. De la mano del periodista y escritor, Luis Mariano Fernández podemos saborear sus conclusiones.
Millones de personas han contemplado este mismo cielo, este mismo paisaje, desde quien sabe cuantos miles de años, y hoy de forma impoluta y misteriosa, el Nilo sigue envolviendo con su magia. Son más de 6.000 Km. desde que las aguas del lago Victoria confluyen en el Mediterráneo. En sus riberas, en la más absoluta soledad, emergen los restos de la más enigmática de las civilizaciones. A ojos del profano son solo piedras, desordenadas caprichosamente por el tiempo y el abandono. Otras veces, se asoman altivas las fachadas de unos templos edificados por hombres en homenaje a unos extraños dioses. Tenían cabeza de vaca, de halcón o de chacal. En sus manos portaban desconocidos e increíbles artilugios, y de sus bocas salieron las instrucciones y conocimientos que, en manos de unos cuantos elegidos, significó el mayor compendio de saber del mundo antiguo. Los egipcios de hoy caminan altivos, conocedores de un pasado que los remontan a una época en que su más arcano ascendiente fue el dios Horus del que creen que descienden. Sus padres, Osiris e Isis, naufragaron en este planeta de algún lugar remoto del Cosmos, en ese extraño mestizaje de seres extraterrestres y terrestres de los que hablan todos los textos sagrados. Este pensamiento no se separa mucho de nuestras sagradas escrituras, donde podemos encontrar en el capítulo 6 del Génesis, que los enviados, observando a las hermosas hijas de los hombres, tuvieran relación carnal con ellas creando esa extraña raza a la que pertenecieron los grandes héroes de la antigüedad. Sea como fuere esta leyenda, mito o realidad, desde siempre seguimos mirando hacia las estrellas como si allí estuviera nuestro origen y nuestro destino. Navegando por algún punto del lago Nasser, Egipto, a las 0:50 horas de una cálida noche de verano Me es inevitable no sumergirme en el infinito, de otra forma no podría albergar en mi ser tantos interrogantes sin respuesta. En este mágico rincón del país de los faraones, donde el día está gobernado por el dios Ra y la noche protegida por la diosa Nut, me solidarizo con las creencias de aquellos milenarios mortales que nunca creyeron en la muerte. Me es inevitable no considerarme una parte de un todo que se mueve con un fin que aunque hoy lo desconozca algún día debe de cumplir alguna importante misión, a la que inmodestamente aporto mi pequeño grano de arena. Me es inevitable sustraerme a lo superficial para penetrar en el mundo de lo solemne, porque me es inevitable no sentirme grande junto a las pirámides de Gizah o frente a los gigantes colosos de Ramsés II del templo de Abú Simbel. Aquí todo es grande, las ilusiones, los sueños, los pensamientos y sentimientos, los amigos que no están presentes, y los compañeros unidos a esta aventura, pero en este último caso estoy convencido que en esta grandeza no interviene la magnificencia de los templos, pues su corazón ya lo conocía antes de este viaje y su amistad durará hasta el fin de mis días. Todos ellos, los unos y los otros, unidos en la búsqueda del conocimiento. Mi trabajo como periodista frente a las cámaras de televisión y micrófonos de radio, me impiden ver los ojos de las personas para las que dedico mi trabajo, y este viaje, como en tantos otros, me hacen ver el brillo en sus ojos y sentir las palpitaciones de sus corazones cuando nos acercamos a algún lugar mítico, aunque, ningún bloque de la pirámide, ninguna columna de templo podrá decirme más cosas que una sonrisa o un guiño de complicidad de cualquiera de ellos. Así es Egipto, tan grandioso que actúa como un gran amplificador de conciencias, como un enorme centro de poder que nos hace sospechar que todas las respuestas las llevamos dentro. Dicen los entendidos que el Nilo representa la Vía Láctea. Aseguran que las tres grandes pirámides son la representación en la Tierra de las tres estrellas del cinturón de Orión. La diosa Isis tenia como símbolo la estrella Sirio, y en todo el antiguo Egipto el cielo y la tierra, el día y la noche, nos recuerda lo dicho en la tabla Esmeralda: “lo que es arriba es abajo”, y supongo, viceversa. En el templo de Denderah su zodiaco milenario mide un tiempo que queda más allá de los recuerdos. En las tumbas de Ramses III, de Ramsés IV, seres con escafandra de buzo y cascos con antenas miran a los turistas con manifiesto desdén. Son demasiadas evidencias para no tenerlas en cuenta. A bordo de nuestra nave llamada planeta Tierra parece ser que no solo no estamos solos en este vasto universo, sino que además quizás hayan existido y exista relación con ellos. Esta noche recostado en la cubierta del Kash el Ibrim no veo a nadie, pero no me siento solo. Quizás todos mis pensamientos correspondan a una elucubración mental transitoria, y es posible que mañana yo mismo me ría de ellas. Pero quiero disfrutar este momento pendiente de que todas las hipótesis algún día puedan ser consideradas como la más extraordinaria realidad. Por eso, si algún día esta confirmación se produjera, quiero compartir mis pensamientos con vosotros y mi cariño a ese ser que echo de menos. Texto y fotografías: Luis Mariano Fernández Periodista de investigación y Escritor
Coordinador SEIP Andalucía www.luismarianofernandez.com Premio TELE EXPO Recientemente, nuestro compañero Luis Mariano ha sido galardonado con un magnífico reconocimiento a su valía como periodista y divulgador, por parte de TELE EXPO. Desde la SEIP y personalmente sus compañeros y amigos le transmitimos nuestra más sincera enhorabuena por su trabajo. "En Abril de 2008 Mis Enigmas Favoritos es premiado por la entidad G-9, la Organización de Asociaciones de Televisiones Locales de España, por ser el programa de mayor audiencia a nivel nacional producido por una televisión local".
A petición de algunos lectores, os informamos de que ya están publicados los datos de los viajes con nuestro compañero Luis Mariano. Todos los detalles e itinerarios los podéis encontrar en: http://www.luismarianofernandez.com/viajes/egipto_2008/index.html
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