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Escrito por Administrator   
domingo, 19 de noviembre de 2006

¿UN PISO EMBRUJADO?

  

 

 

 

 Por: J. Manuel Durán Martínez  ( Coordinador Vizcaya )
 

 

                NOTA: En este amplio escrito se narran los acontecimientos Poltergeist ocurridos en un piso de Durango (Vizcaya). Como investigador que llevé el caso, debo señalar que me veo obligado a ocultar datos MUY IMPORTANTES sobre las personas que padecieron estos fenómenos y ni siquiera se me permite explicar las razones de esta postura. Ruego pues al lector comprenda la situación.

El mundo de lo paranormal está lleno de fenómenos extraordinarios. Atraparlos es muy difícil. Ocurren de forma espontánea, no se pueden reproducir en el laboratorio. Sin duda esto motiva un considerable retraso a la hora de pretender demostrar la existencia real de esa fenomenología desconcertante que nos tiene a todos los amantes del misterio terriblemente embobados.

Los investigadores hemos quedado prendados de lo ignoto por la cantidad de relatos que nos describen proezas inverosímiles. Sin embargo comprendemos perfectamente que nos encontramos en un mundo de embustes, engaños y fraudes. Sabemos que en este mundillo la especulación origina datos que por muchos son tomados por verdades absolutas. No hay rigor. No puede haberlo.

La existencia de los Fenómenos Paranormales quiebra muchos de los conceptos tópicos y prácticamente esto es motivo de rechazo. No se pueden analizar científicamente, en principio porque no hay un interés por parte de los científicos, no tenemos apoyo y seria lento, aburrido y muy costoso pretender si quiera observar con lupa y microscopio cada aspecto de lo ignoto. ¡Imposible!. La torpeza de unos y la indiferencia de otros hacen inaccesible la conexión entre Parapsicología y el Método Científico. La puerta está cerrada. Bien cerrada. Y mucho me temo que alguien está guardando la llave celosamente, asustado, pues lo paranormal continua su avance, admito que tal vez hacia ninguna parte, pero avanza.

Normalmente los investigadores vamos saltando de testigo en testigo. Se nos cuentan sus experiencias y rara vez nosotros mismos sufrimos acontecimientos paranormales. Tenemos la costumbre de visitar los lugares donde los hechos ya han tenido lugar, somos como el policía que llega ya cuando el asesino ha tirado el cadáver del desdichado en aquel oscuro callejón. Hacemos preguntas, sacamos fotografías y punto. Normalmente sabemos que el asesino va a volver a actuar, pero no precisamente allí. Por eso imagine el lector el nerviosismo cuando un investigador tiene conocimiento de un suceso Poltergeist. Alucina. Allí es donde puede presenciar muchos de los fenómenos que supuestamente existen en el mundo paranormal. Fascinante. Resulta jocoso, pero podemos decir que los sucesos Poltergeist son un Cóctel Paranormal. Innumerables sucesos, enigmáticos y desconcertantes, tienen lugar en estos escenarios: misteriosos movimientos, ruidos inexplicables, fogonazos, corrienets de aire, pasos, llantos y voces, escalofrios, apariciones, fuegos enigmáticos...

La mala prensa ha creado un tópico que nos muestra que estas cosas suceden en castillos apartados, caserones deshabitados y lugares alejados del mundanal ruido. Y no es cierto. También se tiene la creencia de que semejantes fenómenos surgen en lugares donde han ocurrido hechos traumáticos, como violaciones, asesinatos o discusiones fuertes. Aunque es un dato a tener en cuenta, en cualquier lugar, por diferentes causas, un escenario puede convertirse en un basurero donde se recoge una amplia fenomenología paranormal.

En estos lugares es donde un amante del misterio puede disfrutar notablemente de la realidad paranormal. Por mucho que sonrían los escépticos extremistas este tipo de fenómenos se producen aunque no todos los casos son genuinos. Es sencillo burlarse y señalar que la familia que declara estar viviendo bajo los efectos de un Poltergeist busca protagonismo, está loca. Mientras sus culos sigan postrados en el mismo sillón, mucho me temo que sus argumentaciones para rebatir los casos concretos que nosotros investigamos son nulos.

Estas familias, testigos de acontecimientos sorprendentes, lo pasan muy mal. Nuestro interés por los fenómenos que allí se producen es considerado por las víctimas como una ayuda. Esto es importante para ellos y para nosotros. Es útil para la estabilidad psíquica de las personas nuestra presencia allí, siempre y cuando sea desinteresada y con afán de descubrir esa esencia del misterio y ayudar de algún modo a los afectados.

El terreno de lo ignoto está repleto de sucesos enigmáticos relacionados con los Poltergeist. El vulgo tiende a confundirlos con las Casas Encantadas y normalmente se ignoran los casos de Impregnación.

Admitiendo que navegamos por el mar de las especulaciones decimos que son tres tipos de fenomenología distinta, muy parecida pero cuyo origen es radicalmente diferente. Sin embargo en casos concretos la relación entre ellos es evidente y las causas que provocan un fenómeno de estas características puede deberse a varios factores.

Los POLTERGEIST tal vez sean de lo más corriente. Los fenómenos ya descritos forman parte de su amplia influencia. Las familias afectadas por un Poltergeist normalmente no conocen la naturaleza de este tipo de manifestaciones y las achacan a espíritus o demonios. Sin embargo, la respuesta está mucho más cerca. El origen es uno de los habitantes.

Curiosamente en muchos sucesos de estas características los fenómenos parecen rodear a un mismo sujeto, el cual es el epicentro de los mismos. Las razones por las que sucede esto son bien diferentes. Desde muchachos que entran en la pubertad hasta niñas con su primer período menstrual, pasando por traumas psíquicos, estrés, etc. La verdad es que cada caso parece ser diferente y el investigador debe llegar hasta aspectos íntimos del epicentro, lo cual no siempre es agradable.

Problemas sexuales, sentimentales, sociales o laborales pueden provocar la manifestación de este tipo de fenomenología atribuida a duendes y otras criaturas de la oscuridad.

En las CASAS ENCANTADAS los fenómenos parecen ser idénticos. La similitud es asombrosa. Sin embargo en este grupo los fenómenos se manifiestan independientemente de las personas que se encuentran en el escenario. Su origen parece proceder de Otra Realidad, al menos ningún humano vivo es el responsable, consciente o inconsciente, de esa fenomenología.

El tercer grupo es el de las IMPREGNACIONES, relacionada íntimamente con los Poltergeist.

Muchos son quienes tienen la creencia de que un suceso trágico, como un accidente, suicidio o asesinato, tiene la capacidad de quedar grabado en el ambiente, en las paredes, en el techo, a modo de gas. Los problemas de los que hemos hablado como causas de los Poltergeist pueden convertirse en la chispa que haga explosionar ese gas, y los efectos de la explosión obviamente son los Fenómenos Paranormales. Otros investigadores han tocado la posibilidad de que esa impregnación podría tomar su propia iniciativa y manifestarse hasta que se agote, y lo curioso de estos tres grupos es que los fenómenos surgen inesperadamente y van reduciéndose, poco a poco hasta desaparecer o bien, lo hacen súbitamente.

Este tipo de manifestación paranormal tal vez sea una de las más divulgadas desde los medios de comunicación, tales como la prensa escrita y la Televisión. Gusta la espectacularidad y estas fenomenologías lo son.

Desgraciadamente siempre se atribuye a causas externas al ser humano. Se tiene la creencia de que los entes invisibles nos hacen la puñeta ofreciéndonos esta amplia gama de desconcertantes fenómenos. ¿Para qué?. ¿Por qué?. ¿Realmente ha sido una chorrada diferenciar entre Poltergeist, Impregnaciones y Casas Encantadas?. Posiblemente sí. Aún seguimos dudando de la realidad de estas manifestaciones. No sabemos cómo se producen, ignoramos su naturaleza, su origen. Cierto es que muchos relatos coinciden con leyendas trágicas en los escenarios, con muertes, violaciones, torturas y crímenes horrendos. Hay también coincidencias entre los posibles epicentros: Edades parecidas. Idénticas situaciones económicas, laborales, sexuales, etc…

Es muy curioso que cuando un investigador de lo insólito es llamado para bucear en este campo los fenómenos comienzan a hacer dos cosas: O se alteran adquiriendo una fuerza increíble o, en la mayoría de los casos, se vuelven tímidos. Pero desgraciadamente los amantes de lo insólito no somos requeridos muy a menudo para meter las narices en estos sitios tan atractivos. No. Las víctimas prefieren coger el teléfono y marcar el número de algún reputado Vidente, Brujo o Exorcista. Ellos, con sus rituales y limpiezas aseguran poder sanear el ambiente para que la fuerza maligna que opera en el lugar coja las de villadiego. Una cantidad relativamente económica, un par de poses teatrales y la familia queda contenta. El fraude es muy común en este mundillo y hasta es posible que los problemas se solucionen dado que si toda la parafernalia realizada por los buitres ejerce a modo de placebo, el epicentro (responsable inconsciente de los fenómenos) puede provocar un adormecimiento de su potencialidad.

Yo he tenido la oportunidad de investigar varios casos en los cuales se producían parte de los fenómenos que hemos enumerado anteriormente. Recuerdo con cariño un caso acaecido en Melilla, donde estuve 32 días observando el escenario. Mucho más cercano es la terrible experiencia acaecida en un Viejo Caserón de Apatamonasterio (Vizcaya). Fueron igual de importante los sucesos ocurridos en un piso de Durango, también en Vizcaya. Con estos tres casos (y tal vez un cuarto que llevo entre manos) he comprendido que realmente pueden suceder cosas de este tipo y que la presencia del investigador en estos escenarios es un apoyo muy fuerte para las familias afectadas.

Antes de comentar muy por encima los casos de Melilla y Apatamonasterio para centrarnos ampliamente en el suceso de Durango quisiera añadir que estos fenómenos se producen por un espacio de tiempo relativamente corto. Cualquier chispa puede provocar la resolución de la fenomenología que sin duda ira disminuyendo para desaparecer por completo. Practicas como la Ouija, Psicofonías o Escritura Automática pueden convertirse en motores que den vía libre, luz verde, a la aparición de Poltergeist y Encantamientos al margen, pese a sus connotaciones, de espíritus perversos y duendes maliciosos.

Y ahora sí.

Pasemos a narrar con amplio lujo de detalles los hechos ocurridos en un piso normal y corriente de la localidad de Durango, cuyos inquilinos se vieron inesperadamente asediados por la súbita aparición de una fenomenología paranormal que comenzó con cierta timidez y que tras su corto esplendor desapareció por completo.

Pero fueron semanas de angustia y pavor. De algún modo (y tras la nota aclaratoria que aparece al iniciar este escrito) los sucesos fueron los siguientes:

Primeros de Agosto de 1994.

La familia Pérez llevaba ya varios meses buscando un piso donde poder vivir en alguna zona del País Vasco. Mas concretamente en Vizcaya y para rizar el rizo a ser posible en terreno del Duranguesado. Al fin encontraron uno en la población de Durango. Se trataba de un piso viejo, pequeño, situado en una excelente zona. Para Pablo Pérez, su esposa Susana y el hijo de ambos (Ruben) era, por el momento, más que suficiente. Trasladaron sus bienes a aquel lugar que se iba a convertir, poco a poco, en una pesadilla para la mujer y el niño, de tan sólo cuatro años. Y es que la primera noche ya se desencadenó el fenómeno.

Dormía el pequeño en su nueva cama. Pablo hacia lo propio en su lecho, pero no era así en el caso de Susana. Ella estaba intranquila, nerviosa. Y fue entonces cuando el hecho tuvo lugar. De improvisto, de repente, ella pegó tal grito que despertó a su marido quien sobresaltado e interesado preguntó qué había ocurrido. La mujer, entre sollozos, asustada, decía haber visto a una persona junto a la puerta de la habitación, una persona extraña, se trataba de un hombre recubierto de un halo de luz que la observaba en silencio para desaparecer tras el grito. En los siguientes días todo fue transcurriendo con normalidad, excepto curiosas pesadillas por parte del niño, quien de noche gritaba aterrorizado señalando hacia diferentes zonas de su cuarto para exponer que veía cosas extrañas. Sus descripciones, viniendo de un niño de 4 años, recordaban claramente a los fantasmas típicos de los relatos paranormales. Por ejemplo, dijo ver a dos personas en mitad de la habitación dibujados a lápiz y que cuando gritó y los padres acudían corriendo hasta el cuarto una ráfaga de aire se los llevó. Las cosas comenzaron a cambiar. Extrañamente por el día ocurrían una serie de sucesos curiosos, divertidos, tal vez hasta irónicos. Pero por la noche todo era mucho más cruel, siniestro y terrorífico.

Los sucesos diurnos se reducían a extraños toquecitos en cabezas, piernas y espaldas. Tanto el niño como la mujer (aunque ésta con más intensidad) manifestaron su preocupación en muchas ocasiones, al sentir la respiración de alguien en sus respectivas nucas. Pero lo más curioso era que ciertos objetos que iban a ser utilizados por Susana en minutos próximos desaparecían o cambiaban de lugar. Esto ya traía de cabeza a la pobre mujer quien no comprendía por qué la caja de chinchetas que había dejado en el salón estaba ahora en la cocina, o por qué las llaves que iba a usar para abrir ciertas puertas no se encontraban en el lugar de siempre y buscando por toda la casa las halló en el sitio donde tenían que estar y en el cual ella ya había mirado. Pero, como hemos dicho, por las noches algo parecía cambiar. Los ruidos que se producían eran muy intensos. Golpes en maderas, portazos y extraños sonidos inidentificados sucedían por toda la casa. El ambiente se transformo en siniestro y preocupante. Pasos por el pasillo que llegaban al salón; sombras extrañas que parecían observar; ruidos en el teléfono: caída de juguetes en la habitación del niño; golpes de cubiertos y vasos en la cocina: movimiento de la puerta del cuarto de baño.

¿Qué estaba ocurriendo?. El niño todavía seguía viendo cosas muy raras en su habitación. Por la noche, siempre por la noche. ¿Por qué?. La mujer sentía que algo la observaba. Volvió a ver a otro ser que la miraba en el cuarto de baño. Incluso alguien toco con sus nudillos en la ventana del baño y aquello, aquél día, a aquella hora, era imposible. Por alguna extraña casualidad la familia Pérez tuvo constancia de mi existencia y se pusieron en contacto conmigo. Era Enero de 1995.

Nuestra primera comunicación fue a través del teléfono. El caso me interesó y al día siguiente acudí a la puerta de aquel lugar. Iba con cierta expectación. No siempre se puede investigar un suceso de estas características y además, como ya dijéramos, sabía que ante un explorador de lo insólito, los fenómenos de este tipo cambian de forma radical. O aumentan ante los ojos del investigador o, lo que es más normal, quedan reducidos para después aumentar en intensidad. En mi caso, como no podía ser de otra manera, los fenómenos cobraron timidez aunque la extrañeza no dejó de aparecer y los fenómenos extraños continuaron su recorrido. Al entrar a aquella casa no noté nada extraño pero fue al abrir la bolsa de mi equipo, la cual había dejado unos minutos en el suelo de una habitación que estaba vacía cuando note que algo había ocurrido: Las pilas de mi cámara fotográfica, la del grabador y linterna estaban agotadas totalmente, aquello era imposible a no ser que el día antes el dependiente del kiosco donde las compré me hubiera engañado vilmente, algo que, obviamente, descartamos. Un hecho similar ya había ocurrido con varios juguetes del niño, las baterías quedaban enseguida agotadas.

Tras conversar largamente con Susana y despedirme de ella me quedé estupefacto cuando no encontré ¡por ningún sitio! la bolsa de mi equipo, la cual había dejado en mitad del suelo de la habitación vacía. La mujer y yo (las únicas personas que estábamos allí) buscamos con profundidad pero no la hallamos. Tras casi media hora por fin encontramos la dichosa bolsa. Estaba donde la deje. En mitad de aquel suelo. Fenómenos parecidos ya sabe el lector que ocurría en aquel escenario, incluso una prenda que desapareció prácticamente ante los ojos de Susana sigue hoy, dos años y pico después, en paradero desconocido.

·        La conversación que mantuvimos la mujer y yo me respondió varias dudas pero me planteó muchos interrogantes, demasiados quizá. A partir de entonces se inició una profunda amistad, y no solo con ella también con el muchacho y con el marido. Este último era prácticamente ajeno a la fenomenología paranormal que a priori parecía que allí se manifestaba. Es más, los fenómenos se producían cuando él no se encontraba en la casa. Durante algo más de un año Pablo Pérez trabajaba de noche y era en ese periodo cuando los fenómenos hacían acto de presencia. Lo único extraño que él experimentó eran las extrañas voces que escuchaba cuando abría la puerta de su casa. Fuera la hora que fuera, aquellas voces estaban allí. Era como un rumor. Pero siempre las podía escuchar. Nos lo comunicó y pudimos comprobar que era cierto, las voces se escuchaban cuando se abría la puerta de la casa. Estuvimos investigando este hecho de forma muy intensa y finalmente descubrimos que aquellas voces no eran tales, sino el suave chirriar de la puerta del ascensor que, curiosamente, si se actuaba con una velocidad normal, siempre se cerraba al mismo par que abríamos la puerta de la casa de los Pérez. Sin embargo no pudimos explicar otros fenómenos que ahora quedan en los recuerdos de todos los que estuvimos allí. Entre otros sucesos, contabilizamos los siguientes: Caída al suelo de varios juguetes del niño: Las luces del baño y de la habitación vacía se encendían sin razón aparente; Voces de niño; Pasos suaves y, también, el corretear por el pasillo a altas horas de la madrugada de alguien con los pies descalzo; Súbita aparición de diferentes seres (???); Golpes, susurros y llantos; Toques en el pelo, en la espalda¸Peso en el cuerpo cuando se procuraba dormir; Agotamiento de varia spilas; Descenso de la temperatura en cinco grados y durante dos minutos coincidiendo con una serie de ruidos extrañísimos que parecieron buscar nuestra atención; Tintinear de platos y cubiertos; Varios vasos estallaron en la cocina poco después de observarse una serie de lucecitas de colores sobre la nevera; caida al suelo de objetos...Naturalmente sabemos que algunos de estos fenómenos tienen que tener una explicación satisfactoria y lejos de la superchería y lo paranormal, pero no todos.

Pese a la amplia fenomenología que sucedía podemos decir que en nada se pareció a la espectacularidad que se reflejó en la película Poltergeist, ni mucho menos.

Los fenómenos parecían tener una intención clara y daba la impresión de que había algún tipo de inteligencia detrás, aunque aquí solo podríamos especular sobre su verdadero origen. ¿Se trataba de un espíritu o de la propia mente de Susana?. ¿Tal vez ambas cosas?. Ignoramos las respuestas. Los fenómenos comenzaron a producirse en el baño. Tras varias semanas fuera lo que fuera comenzó a moverse por toda la casa parándose de forma exagerada en la habitación vacía, para pasar después al cuarto del niño, el salón y la habitación del matrimonio. Cuando en cierta ocasión me formule interiormente una pregunta, el por qué los fenómenos no llegaban a la cocina, la familia (sin conocer este interrogante) comenzaron a partir de entonces a relatarme casos que sucedían en este lugar, para pasar después al balcón.

Algunos vecinos que visitaban a la familia y que ignoraban por completo lo que allí ocurría manifestaban sentir cosas raras cuando se quedaban unos momentos en el salón mientras tomaban café. Algunos de ellos, en días diferentes, afirmaron escuchar pasos por el pasillo y pensaban que se trataba de alguno de la casa. Varias personas incluso escucharon, junto a Susana, la puerta de la calle que era abierta con el ruido peculiar de las llaves de Pablo. Pero sólo fueron efectos sonoros porque la puerta no se abrió. Nadie entró por ella.

Incluso hemos encontrado a una persona que habitó algunas semanas en aquella casa y sintió cosas similares a las explicadas, como el peso del cuerpo al dormir o ruidos extrañísimos y un miedo increíble al sentirse observado, sobre todo en la habitación vacía y el baño, orígenes al parecer del fenómeno. ¿Estaba la casa embrujada?. Hemos encontrado también a otras personas que habitaron el lugar y no sintieron nada en absoluto. Tal y como los fenómenos empezaron fueron desapareciendo y hasta la fecha no han vuleto a ocurrir. La Familia Pérez encontró otro piso mejor aunque ya había llegado la tranquilidad a su hogar. Decidieron cambiarse NO por los fenómenos experimentados sino porque era mejor para sus futuros proyectos.

Aunque nos dejamos detalles muy interesantes sobre este caso creemos que de momento es suficiente. Las casas encantadas, un campo de investigación realmente complicado pero fascinante. Un claro desafío para cualquier investigador. Tenemos detalles sobre las personalidades de los habitantes de esta casa, sabemos que hay aspectos de carácter sexual que nos darían respuestas a muchos interrogantes, restándole ese carisma de misterio y expulsando cualquier presencia espiritista. Pero también poseemos datos muy concretos que nos obligan a no rechazar totalmente la posible intervención de algo más que una vulgar psique humana. Sin cerrar la puerta, el caso sigue abierto. No somos amantes de las especulaciones por lo que de momento, nos conformamos con haber presentado este caso que consideramos de interés.

Modificado el ( jueves, 14 de diciembre de 2006 )
 
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