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El Papa - Profecías ( Parte I) Imprimir E-Mail
Escrito por Administrator   
domingo, 19 de noviembre de 2006

EL PAPA DE LAS PROFECÍAS (Parte I)


Por Antonio García Sancho ( Periodista, secretario SEIP )

11 de Abril, 2005.- El Papa Juan Pablo II, nacido Karol Wojtyla, que ocupara el solio pontificio durante 26 años, siendo el más longevo reinado vaticano que el siglo XX conoció, ha fallecido. Han sido decenas de miles los que han acudido a ver su cadáver expuesto en San Pedro y millones los que han seguido en la plaza vaticana o por los medios de comunicación su sepelio. Entre ellos, más de 70 mandatarios, que se sentaron juntos aparcando sus diferencias políticas como las que sostienen George W. Bush y el iraní Hatamí.
Una vez descansando el cuerpo de Juan Pablo II el Grande junto al de San Pedro, cabe preguntarse qué designios tiene la providencia divina para su iglesia católica. Los responsables de abrirse a la inspiración del Espíritu Santo y designar al nuevo pontífice se encerrarán en cónclave en la Capilla Sixtina a partir del día 18 del mes corriente. Pero para otros, todo está decidido ya desde hace siglos y algunos tuvieron la habilidad de verlo en los astros o en su mente profética.
Cada nuevo fallecimiento de un dirigente de la iglesia o de un político relevante, cada acontecimiento trágico, motiva que periodistas, aficionados a los temas de misterio o comentaristas de diversa índole desempolven los viejos libros donde Michel de Nostredame (más conocido como Nostradamus) o San Malaquías, Juan XXIII y otros videntes que la humandidad ha dado. ¿Nos anunciaron los videntes al nuevo Papa?

El difícil lenguaje de Nostradamus.

Michel de Nostredame nació en 1503 en Sant-Rêmy de Provence y falleció en 1566, no sin antes profetizar la muerte de Enrique II a manos del duque de Montgomery, que le atravesó un ojo con su lanza durante una justa. La lanza del joven duque se introdujo en el yelmo de oro del rey a través de su visera. Fue durante la segunda vuelta del torneo. Ambos contendientes mostraban leones en sus divisas. Once días pasó el rey padeciendo por la pérdida de su ojo, gravemente enfermo, hasta que la muerte sobrevino. La cuarteta profética (I. 35) que sellaba el destino de Enrique II diría así:

Le Lyon ieune le vieux surmontera
En champ bellique par singulier duelle
Dans cage d’or les yeux luy crevera
Deux classes una puis mourir mort cruelle

El joven león someterá al viejo
En campo de batalla por singular duelo
En jaula de oro sus ojos sacará
Dos combates, uno morirá de muerte cruel.

No puede negarse el parecido de los hechos con los anunciados por el vidente y médico francés. Desde entonces, Nostradamus es considerado uno de los videntes más grandes de la historia, si no el único fiable.
Se dedicaba Michel de Nostredame a la astrología, ciencia de la que vivía tanto como de la medicina. Publicó, durante muchos años, un “Almanaque”, como era tradicional en los magos y astrólogos de su época, donde realizaba predicciones diarias y, sobre todo, en 1556, publicó la primera versión incompleta de sus Centurias, en Salon, la ciudad donde vivía. Se trataba de cien cuartetas por cada una de las Centuras que, en un total de diez, comenzó a concebir desde 1555.
Pero cuando tratamos de acercarnos a la obra profética de este gran vidente, tropezamos con graves problemas que han desconcertado hasta a los más prestigiosos comentaristas de su obra. Permítaseme decir, antes que nada, que muchos de ellos son tremendamente sobrevalorados, pues a la luz de una crítica seria y de un conocimiento de la correspondencia del mago y de la astrología y la alquimia, lo que dicen no suelen ser más que disparates alarmistas que, al cabo del tiempo, deben reestructurar para que encajen con algún suceso más o menos digno de mención. Dígase también, en su descargo, que no es sencillo entender las cuartetas del francés y que muchas de ellas sólo muestran su exactitud una vez el hecho profetizado tiene lugar.
Las principales diferencias que encontramos en el vidente de Salon son:

- La utilización de un lenguaje voluntariamente críptico, concebido así por varios motivos: la pugna por esquivar a los tribunales del Santo Oficio, la imitación de los oráculos antiguos y una tendencia natural y personal que está presente en todos los textos de Nostradamus, incluso en su correspondencia. El vidente y médico amaba el empleo de jerga propia de la alquimia y la astrología, prefería la oscuridad y la creación de un halo de misterio en torno a cuestiones esotéricas a la claridad y la correcta legibilidad de sus trabajos. Si esto denota presunción o firme convicción de que el secreto de tales conocimientos debía revelarse sólo a iniciados, no lo juzgaremos aquí. Nombraba muchos lugares mediante metáforas o usaba para ellos topónimos en desuso, nombres empleados en la antigüedad pero que ya en su época estaban olvidados. Esto llevó a la confusión de comentaristas actuales que, por ejemplo, confundieron el antiguo nombre del Danubio (Hister) con el nombre del dictador nazi Adolf Hitler.
- Por otro lado, empleaba el francés antiguo, no reglamentado en cuanto a acentuación y transcripción fonética, además de juegos de palabras, separando algunas que podrían leerse juntas con otro significado o uniendo algunas que, separadas, darían una interpretación distinta. Parecía, pues, que la influencia del llamado “lenguaje verde” de los ocultistas de la época, consistente en juegos fonéticos y de orden de palabras o letras, influyó en la escritura de las cuartetas.
- Se refiere a los personajes mediante metáforas o alusiones a los símbolos de sus blasones, así como lo hace también para referirse a algunos lugares. El desconocimiento de la heráldica del momento por muchos comentaristas (e incluso la imposibilidad de confirmar determinadas hipótesis en esa materia), obliga a renunciar a la correcta interpretación de algunas cuartetas.
- Recurre a la astrología para situar acontecimientos en el tiempo. Hemos de tener en cuenta que la astrología del siglo XVI era ostensiblemente distinta a la que hoy empleamos. El movimiento de los planetas y sus dignidades cósmicas (hoy mayormente olvidados) eran las cuestiones más relevantes para la tradicional astrología anterior a Alan Leo (siglo XX). Las referencias a algunos planetas por sus significaciones o a las zonas del zodíaco por sus efectos o nobres arcanos en lugar de sus nombres contemporáneos también ha confundido a muchos investigadores.
- Por otro lado, las cuartetas no parecen seguir un orden temporal lineal ni, hasta ahora, se ha encontrado clave numérica alguna que nos proporcione la pista definitiva sobre qué cuarteta se refiere a qué época. Por tanto, algunas cuartetas que tal vez refieran acontecimientos pasados son consideradas por algunos profecías del porvenir.
Por tanto, para interpretar a Nostradamus se ha de conocer francés antiguo de forma tan completa que sepamos localizar juegos de palabras, se ha de conocer el lenguaje de los antiguos esoteristas, magos y cabalistas, tener conocimientos de heráldica renacentista y ser alquimista y astrólogo. Tal vez demasiado para cualquier persona del siglo XXI, que no posee mentalidad de hombre completo del XVI, encuentra problemas en encontrar referencias bibliográficas sobre algunos de esos temas y es imposible que comprenda otros a la perfección, ya que su conocimiento se ha perdido u ocultado entre unos pocos iniciados que no sabríamos bien distinguir de los timadores que dicen serlo.

Nostradamus apócrifo.

A todo lo anterior hay que añadir otro problema más: muchos citan a Nostradamus de oído, sin haber escudriñado realmente el texto completo de sus cuartetas. Esto es peligroso, porque ignora la gran cantidad de cuartetas apócrifas que circulan por la red y otros lugares. Después del atentado de las Torres Gemelas, una falsa cuarteta prediciendo el hecho se atribuyó a Nostradamus. Pertenecía a un profesor de historia antigua que ilustró con ella una clase sobre la forma que adoptaba el lenguaje de los oráculos clásicos.
Con anterioridad a la década de los 20 del siglo pasado, los comentaristas entendían que “Hister” era el río Danubio. Sin embargo, con la aparición de Hitler, se comenzó a creer que la palabra hacía referencia a él. El mismo líder alemán lo creía y este hecho fue utilizado por la propaganda de Goebbels para fabricar falsas cuartetas que precognizaban las victorias del dictador. Se dejaban circular libremente y así servían como motivadoras de las tropas y mecanismo para sembrar el temor de los enemigos.
A pesar de todo lo comentado, se afirma que Nostradamus predijo el advenimiento de un Papa negro. ¿Es cierto?

Las referencias al papado en las cuartetas.
Las cuartetas en las que se nombra directamente a un Papa o alguna otra figura que pudiera serlo no son demasiadas y, las que conocemos, no mencionan a ningún Papa del Este, polaco o similar ni a un sucesor de éste. Encontramos una mención a Pío XI y Pío XII en la misma cuarteta (V. 56):

Par le trespaf du tref vieillard Pontife
Sera esleu Roman de bon ange
Lui sera dict que le siege debiffe,
Et long tiendra & de picquant ouvrage

A la muerte de un viejo pontífice
Será elegido un Romano de buena edad
Se dirá de él que mancillará la sede,
Y tendrá larga y polémica obra.

Se refiere Nostradamus, según la casi unánime voz de los comentaristas, a la sucesión de Pío XI a los 82 años por Pío XII, cuya prelatura se extendió durante 19 años y cuya filiación con el nazismo hace que su “obra” sea polémica. Sin embargo, lo cierto es que a pesar de ese consenso, nada hay en la cuarteta que nos indique que se habla de ese Papa y no de otro. La amistad de la Iglesia con los nazis está siendo reexaminada hoy y tal vez no sea justo decir que pudo hacer más de lo que hizo dada la época que le tocó vivir. Poco conocido es el episodio en el que los nazis, impusieron el pago de 500 kg. de oro como salvaguarda para no ser conducidos a los campos de concentración a los judíos de Roma que no lograron recaudar la suma. El Papa Pacelli (Pío XII), se enteró de que mil judíos habían salido hacia los campos conducidos en los trenes. De inmediato, ordenó vender objetos del tesoro vaticano para completar la suma exigida por Hitler. Unos 850.000 judíos le deben la vida. A pesar de ello, si juzgamos negativo su silencio y la inexistente inculpación del holocausto, un “punto negro” en su currículo no nubla toda su prelatura.
También existe una aparentemente incontrovertible referencia a Pablo IV, contemporáneo del médico vidente:

Cuatre anns le siege quelque peu bien tiendra
Un surviendra libidineux de vie
Ravenne & Pyse, Veronne soustiendrout
Pour eslever la croix de Pape envie

Cuatro años se mantendrá la sede en pie.
Un sucesor de vida libidinosa.
Rávena y Pisa apoyarán a Verona
Para elevar la cruz del papa enviado.

Si se quiere ver a Wojtyla como el Papa extranjero de la cuarteta V.46, se tendrá que explicar a qué se refieren las disputas, los sofismas y los albaneses:

Por chapeaux rouges querelles & noveaux scismes
Quan on aura esleu le Sabinois:
On produira contre luy grands sophismes
Et sera Rome lesee par Albanois.

Entre los sombreros rojos (habrá) querellas y nuevos cismas
Cuando se haya elegido al Sabino:
Se procucirán en su contra grandes sofismas (¿mentiras?)
Y será Roma herida por los albanos.

Hay referencias difícilmente asumibles como ciertas y que algunos autores han querido hacer encajar con episodios recientes. Así, en la cuarteta III.65 se habla de un Papa envenenado que se asocia a Juan Pablo I, pero la misma cuarteta habla de que la sangre teñirá sus ropas, y ningún autor conspiracionista ha hablado de sangre en las ropas papales (ni en su camisón de noche, que era lo que tenía puesto en ese momento). Se habla de envenenamiento que produjo un rápido y mortal paro cardíaco, no hemorragia alguna.
Algún comentarista mencionó, en cierta ocasión, una cuarteta que se refería, presumiblemente, a un acontecimiento que sucedería (y no sucedió) durante el gobierno del Papa Juan Pablo II (II.41):

La grand estoille par set iours bruslera
Nuee fera deux soleils apparoir
Le gros mastin toute nuiet hurlera
Cuand gran pontife changera de terroir

La gran estrella arderá durante siete días
Una nube hará aparecer dos soles
El gran mastín aullará toda la noche
Cuando el gran pontífice cambiase de territorio.

¿Por qué atribuir al pontificado de Juan Pablo II este episodio? Cierto que viajó mucho y “cambió de territorio” varias veces, pero otros pontífices anteriores al siglo XX también viajaron e incluso hubo papas cismáticos que “cambiaron de territorio” su sede papal, puesto que se alejaron de la ortodoxia romana. Más aún: creemos entrever algunas claves astrológicas en esta cuarteta: La gran estrella puede ser Spica, que otorga honores y es la más benéfica de todas, o referirse a una época de gran proximidad de la Tierra al Sol. Los dos soles pueden ser varias cosas: dos grandes estrellas brillantes, Júpiter y Venus o incluso un cometa que sería visible en un día muy nublado o durante un eclipse. El gran mastín puede ser la estrella Sirio, que era el perro de Hera. No parece tener gran importancia por sí misma, debe estar situando temporalmente la anterior o la posterior, que parecen indicar grandes conflictos.
De momento, no hay rastro del “Papa negro”. Sólo existe una referencia en todas las Centurias del vidente de Salon a un “joven negro”. La encontramos en la cuarteta VI. 25:

Par Mars contraire sera la monarchie
Du grande pescheur un trouble ruyneux,
Jeune noir rouge prendra la hierarchie
Les proditeurs iront iour bruyneux

Debido al contrario Marte será la monarquía
La ruinosa turbación del gran pescador,
Un joven negro rojo tomará la jerarquía.
Los traidores llegarán en día brumoso.

Algunos han querido ver en esta cuarteta la derrota del Directorio por Napoleón, futura amenaza para el Papa, un 18 Brumario (según el calendario impuesto por el imperio). Más nos parece, en cambio, que se refiere a una de tantas contiendas entre el papado (el gran pescador) y la monarquía de la época absolutista. El joven “negro rojo” podría ser un obispo o alguien en cuyo estandarte se mostraran estos colores. Ninguna otra referencia a un Papa negro. Tal vez, sea sólo invención posterior, apócrifa y repetida de forma ignorante por otros comentaristas. Sí existen otras profecías relativas a un Papa negro, pero no pertenecen a Nostradamus.

¿Quién sucederá a Juan Pablo II?

Por supuesto que encontramos referencias a destinos oscuros y difíciles para la Iglesia. Presuponemos que ocurrirán en el futuro porque muchas de esas cuartetas aún no han tenido cumplimiento (o, al menos, no suficientemente acorde con ellas). En la cuarteta I.44 lemos “plus ne seront moines, abbez, ne novices” (“No habrá más monjes, abades ni novicios”), pero por la terminología empleada parece referirse más al abandono o destrucción de una abadía o una orden monacal que a la totalidad de la Iglesia. En la cuarteta VIII.98 encontramos una tétrica advertencia:

Des gens d’Esglesie sang sera espanché
Comme de l’eau en si grande abondance
Et d’un long temps ne será restanché
Ve ve au clere ruyne & doleance

De la gente de Iglesia se derramará la sangre,
Como el agua en gran abundancia
Y durante un largo tiempo nose agotará
Ay del clérigo, ruina y matanza

Más claramente (VIII.93) , Nostradamus se refiere a un Papa futuro (por cuanto no parece encajar con ninguno del pasado) durante cuyo breve pontificado habrá un importante cisma (lo que nos recuerda la cuarteta II.41 arriba citada). Dice así la profecía:

Sept mois sans plus obtiendra prelatura
Per son decez grand scisme fera naistre:
Sept mois tiendra un autre la preture
Pres de Venise paix union renaistre

Siete meses, no más, durará su prelatura.
A causa de su deceso habrá un gran cisma:
Durante siete meses tendrá otro la pretura.
Cerca de Venecia renacerá la paz y la unión.

Parece advertirnos que, tras una corta prelatura de apenas siete meses, un futuro Papa, tal vez el que resulte sucesor inmediato de Wojtyla, la Santa Sede vivirá un cisma de difícil solución que provocará que las elecciones del nuevo Papa no terminen en fumata blanca durante siete meses más. Finalmente, se llegará a un acuerdo gracias al nombramiento de un Papa cuyo nacimiento u obispado se encuentre cerca de Venecia.
Bien ese u otro Papa, según la cuarteta V. 15, tendrá un futuro oscuro: será secuestrado y su Primer Ministro estará ausente o huirá, provocando que se vendan o distribuyan los bienes de la Iglesia. Además, un hijo bastardo del pontífice será condenado a muerte:

En navigant captif prins grand Pontife
Grand aprest faillir les cleres tummultuez
Second esleu son bien debife
Son favory bastard á mort tué

Mientras navega, cautivo caerá el gran Pontífice
Grandes prisas fallidas, tumulto de clérigos
El segundo elegido está muy ausente
Su bastardo favorito a muerte condenado.

Oscuros augurios pues, para los tiempos venideros. Pero: ¿sucederán? Las únicas garantías que tenemos son los aciertos con los que cuenta Nostradamus, de cuyas rentas vive aún su credibilidad. A eso, podemos sumarle que los hechos comentados en estas cuartetas no han tenido lugar aún y, por tanto, deben referirse a hechos futuros. Pero no es menos cierto que muchas son ambiguas, difíciles de encajar o aparentemente impensables (es bastante increíble que se esté debatiendo durante siete meses el nombramiento de un nuevo Papa e incluso que sean tantas las diferencias entre los electores). Quizás no sucedan nunca. Quizás, conforme el tiempo avanzaba, la videncia de Nostradamus era menos eficaz o tal vez hemos cambiado el destino de un tiempo a esta parte.
Sorprende, incluso, que busquemos entre las profecías del médico francés al sucesor de Juan Pablo II. Otros acontecimientos de mayor envergadura no han sido objeto de sus cuartetas (no figura ninguna aplicable a las Torres Gemelas, ni al 11-M, ni a la conquista del espacio, ni a la muerte de Diana de Gales, ni al Código de la Biblia, ni a Bin Laden, ni al matrimonio entre homosexuales. No parece haberlas, al menos, convincentemente y sin lugar a dudas. Por tanto, parece que el próximo Papa, es aún más irrelevante (éste no lo ha sido puesto que no ha merecido más que una dudosa cuarteta fallida)que Karol Wojtyla. Al menos, en el criterio de Nostradamus.

Modificado el ( jueves, 14 de diciembre de 2006 )
 
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